Siguiendo en el tema de las innovaciones, en la construcción se requieren múltiples herramientas que ayuden a facilitar la labor de los recursos humanos, es decir, los trabajadores del sector, ya sea para aumentar la productividad, para hacer más veloz el proceso de construcción o para aportar mayor seguridad en general.
Es por estas necesidades que, con ayuda de la tecnología, aparecen los robots constructores, para cumplir cada una de las tareas antes mencionadas. Por ejemplo, cuando se ocupan personas para ejercer trabajos manuales siempre va a haber un riesgo latente de tener un accidente, en cambio, con un robot, hay mayor precisión y aumenta la seguridad de los empleados, al poder dejar de lado esta labor.
Entre las ventajas de emplear robots se encuentra que no es una manera de reemplazar a los empleados de la construcción, sino que representa un incremento en la calidad y permite la integración en cualquier proyecto al adaptarse a distintas áreas, permitiendo que los robots se puedan transportar de obra en obra.
Antes, el funcionamiento de edificios podía tardar hasta dos años, y con los robots constructores este tiempo puede disminuir hasta en un 70%. Asimismo, hay dos tipos de robots: los grandes y los pequeños. Los grandes robots pueden encargarse de ensamblar edificios de manera automatizada, sin importar su altura, pues gracias a cada nivel que se construya, el robot puede seguir ganando pisos a la construcción. Por otro lado, los robots pequeños se encargan de funciones concretas como inspección o acabados automatizados.
Los robots constructores tienen la misión de sustituir al hombre en funciones peligrosas y de complementar su trabajo en labores mecánicas. De esta manera se cumple el cometido de la tecnología, al prestar sus servicios en pro del bienestar del ser humano, en este caso, en la construcción de edificios, viviendas y proyectos.
