La cuestión de los robots trabajando para la sociedad es un debate que lleva mucho tiempo en el tintero; sin embargo, hoy, más que nunca, es un asunto que está cobrando relevancia pues, más que un tema de ciencia ficción, ya es una realidad en distintas partes del mundo.
En Europa está por abrir -a finales de este año- la primera fábrica de robots, específicamente en Kocevje, Eslovenia, a cargo de la empresa japonesa Yaskawa, una corporación de robótica industrial que busca expandirse más allá de Japón y China, donde se encuentran actualmente trabajando múltiples robots que optimizan el trabajo mecánico.
Tan solo en China se implementan 70 mil robots al año en las empresas.
Fábricas operadas por robots
Sin embargo, no todos están contentos con esta decisión, pues se plantea nuevamente el riesgo de que los robots terminen quitando oportunidades de empleo a las personas, ya que según estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (la OCDE), más de 60 millones de trabajadores estarán en riesgo de perder su empleo al ser reemplazados por robots en los próximos años, debido a que alrededor del 14% de los trabajos en países desarrollados pueden ser automatizados.
Se cree que los sectores en lo que más peso caerá debido a la automatización por robots serán el de la manufactura y la agricultura.
A pesar de esto, hay quienes defienden acérrimamente dicha modernización pues es parte de la industria 4.0 que ya se está viviendo, transformando la industria tal como la conocíamos, así que lo toman como un paso inminente en la evolución de la sociedad.
Ventajas
Entre las ventajas que se destacan es que los consumidores obtendrán un producto de calidad, pero a un costo menor, mientras que para los trabajadores, podrán desempeñar puestos más cualificados, menos mecánicos y repetitivos.
Además se indica que esto no será de un día al otro: una revolución tecnológica de este tipo requiere de años.
Al final, se trata de un complemento: los robots haciendo el trabajo pesado y repetitivo, mientras que los humanos deberán manejar a los robots, en puestos más complejos, que requieren más pensamiento lógico y, por lo tanto, serán mejor remunerados.
Así, la premisa es que la tecnología trae nuevas y mejores oportunidades a los humanos.
Conclusiones
Por último, un punto pendiente es el de si los robots deben pagar impuestos pues, aunque para algunos puede sonar absurdo, se trata de un trabajo que antes hacía una persona, a la que sí se le descontaban conforme a la ley.
Asimismo, esta idea se basa en el supuesto de que ese dinero servirá para las personas que puedan llegar a perder su empleo a raíz de esta modernización.
Sin duda, es un tema que está tocando muchas fibras sensibles, pero que es inminente en la transformación hacia la industria 4.0.